Voxy fue una de las cinco organizaciones del sector privado invitadas al evento, en el cual también participaron Newsela, Global English, Voice of America’s Learning English y Digital Promise.
English for All se creó originalmente para fomentar el debate interdisciplinario sobre el aprendizaje de inglés y la tecnología educativa. El encuentro de este año se enfocó en la plataforma online y el programa de becas American English E-Teacher. Uno de los principales objetivos de este programa es promover el acceso democrático a la educación y a la formación de profesores, con mayor énfasis en las áreas de bajos recursos de todo el mundo.
Como los recursos digitales no están distribuidos de manera equitativa y son demasiado costosos en algunas zonas, es un gran desafío educar tanto a estudiantes como a docentes. En 2014, solo el 19 % de la población de África tenía acceso a Internet, mientras que, en Asia, la cifra era dos veces mayor y, en Estados Unidos, cuatro veces. En Egipto, hay alrededor de 28 millones de usuarios de Facebook, mientras que en Bahréin solo hay 800.000. Las enormes diferencias en cuanto al acceso a Internet y a los dispositivos móviles, a las plataformas de medios sociales preferidas y al acceso a la información bajo gobiernos restrictivos pueden ser grandes obstáculos para la educación en todo el mundo.
El nivel de inglés es un factor significativo que afecta la movilidad económica, pero si no pueden acceder a clases online de calidad, muchas personas no tienen los recursos necesarios para poder aprender el idioma.
Asimismo, los docentes de inglés no siempre tienen la formación adecuada. Los docentes necesitan aprender cómo aprovechar al máximo las nuevas tecnologías en el aula, muchos necesitan mejorar su nivel de inglés y, además, hay una falta de colaboración entre los docentes certificados y los que no poseen un título.
“Una de las partes más interesantes del evento fue escuchar a los Representantes Regionales de Enseñanza de Inglés hablar acerca de los diferentes desafíos que enfrentan los estudiantes y los docentes y de cómo varían esos desafíos en función del contexto y la región”, dijo Nielson. “Encontrar la manera de aprovechar los beneficios que la tecnología puede aportar al proceso de aprendizaje de idiomas, al mismo tiempo que se satisfacen las necesidades de los estudiantes en partes del mundo donde el acceso a la electricidad o a la Internet es limitado, representa una oportunidad muy interesante para este grupo de trabajo”.
Estas cuestiones fueron tratadas en English for All durante una sesión de “hackathon”, donde se armaron pequeños grupos que debían idear prototipos de productos que pudieran resolver problemas en el ámbito del aprendizaje de inglés. Por ejemplo, el grupo de Nielson trabajó en un plan para fomentar el involucramiento de los estudiantes y los docentes a través de las redes sociales y evaluó formas de incorporar las redes sociales al aula. La Iowa State University pondrá a prueba las ideas que se generaron durante esta sesión como parte de su curso de enseñanza online sobre tecnología educativa.
Voxy también ofrece un curso online de capacitación para docentes llamado “Teaching English: Pedagogy and Best Practices”, diseñado para enseñarles a los docentes el enfoque más efectivo para que jóvenes y adultos adquieran una segunda lengua.
Una de las principales conclusiones del evento English for All fue el evidente potencial que existe para la colaboración entre los sectores públicos, privados y sin fines de lucro con el fin de mejorar la manera en la que usamos la tecnología para la formación de docentes de inglés en todo el mundo. El evento también destacó los beneficios de enseñarles a los profesores de inglés a usar la tecnología para enseñar de forma más efectiva, eficaz y significativa para los alumnos.
English for All: Technology in English fue posible gracias a la Office of Global Engagement de la Casa Blanca y al Bureau of Educational and Cultural Affairs del Departamento de Estado de Estados Unidos. Las fotos son cortesía del Departamento de Estado.
—